Arte... Yo y el arte no nos solemos llevar muy bien, yo soy una chica complicada y algo silenciosa, él es un chico al que le gusta llamar la atención. Nuestra relación siempre ha sido de amor-odio, desde el principio de los tiempos, cuando mi madre me compró mi primera caja de colores de cera con un par de años. En la primaria la cosa no es que fuera mejor: mis compañeros me copiaban los dibujos... En bachillerato me acribillaban a críticas cuando cogía un lápiz y ahora, no me entiendo muy bien con él. Tantos años de convivencia para llegar a la conclusión de que siempre habrá una barrera entre él y yo, un obstáculo insalvable.
La escaneografía... no me hacía mucha gracia la verdad pero cuando se me ocurrió narrar mi experiencia personal con las artes me vinieron un montón de recuerdos y hechos que había dejado guardados en un cajón. Desde muy pequeña me pasaba horas y horas sentada en la mesita junto al sofá dibujando con mis ceras de colores; cuando fui un poco más mayor me pasé a los lápices de madera porque molaban más y las ceras eran de niños pequeños, aunque en casa las seguía usando; en bachiller aprendí muchas cosas que aún conservo para mi repertorio y cuando hice gráfica, decidí sin lugar a dudas que era más de dibujo que de pintura.
En un principio puede parecer que no tiene nada que ver, pero para mí es un hecho muy siginificativo porque siempre me he sentido torpe en este mundillo y es lo que pretendía contar con las escaneografías. Mostrar esa barrera que ficticia o real, es como un obstáculo que me cuesta saltar y afecta a todo mi camino.
La escaneografía... no me hacía mucha gracia la verdad pero cuando se me ocurrió narrar mi experiencia personal con las artes me vinieron un montón de recuerdos y hechos que había dejado guardados en un cajón. Desde muy pequeña me pasaba horas y horas sentada en la mesita junto al sofá dibujando con mis ceras de colores; cuando fui un poco más mayor me pasé a los lápices de madera porque molaban más y las ceras eran de niños pequeños, aunque en casa las seguía usando; en bachiller aprendí muchas cosas que aún conservo para mi repertorio y cuando hice gráfica, decidí sin lugar a dudas que era más de dibujo que de pintura.
En un principio puede parecer que no tiene nada que ver, pero para mí es un hecho muy siginificativo porque siempre me he sentido torpe en este mundillo y es lo que pretendía contar con las escaneografías. Mostrar esa barrera que ficticia o real, es como un obstáculo que me cuesta saltar y afecta a todo mi camino.
Estas dos son quizás más personales porque siempre pensé que mis manos eran cuando me preguntaban, la parte de mi cuerpo que más me gusta. Me llevo bien con ellas y las mimo mucho. Ellas son eso que me indica que debo seguir intentando saltar esta barrera de película adhesiva, porque se quedan quietas muy poco tiempo. Es como si la lección de Jürgen Klauke ya la tuviera aprendida y sólo me faltase ponerla en práctica.
Este ejercicio se lo quiero dedicar a Sergio. A menudo le ha dado las gracias por ayudarme tanto durante el curso pero nunca le había dedicado una entrada, así que... esta es tuya. Por dedciarte a mí sin pasarme factura, por no reprocharme nada jamás y ser tan paciente conmigo; por tu incansable espíritu y la gran imaginación que guardas bajo tus melenas a lo Jesucristo SuperStar.
PD: mi escaner está un poco hecho polvo, pero es monísmo al darme un fondo rosita en lugar de gris.
PD: mi escaner está un poco hecho polvo, pero es monísmo al darme un fondo rosita en lugar de gris.
Gracias mi vida, no creo que sea para tanto, pero aún así te lo agradezco mucho.
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