Roger Ballen (Estados Unidos, 1950) es un autor que difícilmente se olvida. Su obra está compuesta por antítesis de elementos que chocan entre sí, donde todo tiene una importancia esencial cuando más insignificante parece como un cable de teléfono, un tenedor, una mueca o el agua que interpreta un espejo. Se le ha otorgado la etiqueta de ser capaz de seguir la estela de la fotografía documental inspirada en la irrealidad y la psicología.
¿Por qué roger Ballen? La respuesta más simple es porque me gustó muchísimo desde un primer momento; la composición de sus imágenes me impactó, no sólo por sus elementos compositivos (que son a cual más dispares) sino por la atmósfera que recreaba: algo siniestra y difícil de acomodar donde siempre hay objetos que rayan lo normal, dentro de lo aceptado; sus personajes no son normales, sus escenarios tampoco, ni siquiera existe concordancia entre un tenedor y un cable de teléfono. Pero quizás sea ahí donde reside la chispa de Ballen: el mensaje puede escribir de muchas formas distintas sin recurrir a las mismas palabras.
Recrear sus imágenes no es tarea fácil. Localizar escenarios vacíos de ornamentación donde sólo hay una pared cementada, o dar con los elementos concretos (¿¡de dónde sacaba yo una serpiente!?), no es poca cosa. Además hay un instrumento fundamental para desarrollar las fotos de Ballen: un flash. Todas las imágenes de éste fotógrafo constan de un golpe de flash que da ese toque antinatural a la foto, descolocándola y definiéndola en su singularidad a la vez.
Acordarme de que tenía un flash no fue cosa sencilla, la verdad, pero fue una suerte. Y lo mejor fue que pudiera poner el flash por un lado sincronizado con el de la cámara fue el golpe maestro.
He aquí mis primeras versiones de Roger Ballen. Más adelante, espero poder hacer unas cuantas más, pero mientras, menos da una piedra.
¿Por qué roger Ballen? La respuesta más simple es porque me gustó muchísimo desde un primer momento; la composición de sus imágenes me impactó, no sólo por sus elementos compositivos (que son a cual más dispares) sino por la atmósfera que recreaba: algo siniestra y difícil de acomodar donde siempre hay objetos que rayan lo normal, dentro de lo aceptado; sus personajes no son normales, sus escenarios tampoco, ni siquiera existe concordancia entre un tenedor y un cable de teléfono. Pero quizás sea ahí donde reside la chispa de Ballen: el mensaje puede escribir de muchas formas distintas sin recurrir a las mismas palabras.
Recrear sus imágenes no es tarea fácil. Localizar escenarios vacíos de ornamentación donde sólo hay una pared cementada, o dar con los elementos concretos (¿¡de dónde sacaba yo una serpiente!?), no es poca cosa. Además hay un instrumento fundamental para desarrollar las fotos de Ballen: un flash. Todas las imágenes de éste fotógrafo constan de un golpe de flash que da ese toque antinatural a la foto, descolocándola y definiéndola en su singularidad a la vez.
Acordarme de que tenía un flash no fue cosa sencilla, la verdad, pero fue una suerte. Y lo mejor fue que pudiera poner el flash por un lado sincronizado con el de la cámara fue el golpe maestro.
He aquí mis primeras versiones de Roger Ballen. Más adelante, espero poder hacer unas cuantas más, pero mientras, menos da una piedra.
Como siempre y para no faltar a las buenas costumbres, los agradecimientos:
A Pablito-Poo, por ser uno de mis mejores ayudantes e intentar buscar las mejores soluciones y cargar con el peso que nadie podría; y porque al día siguiente cumplió 18 añitos. ¡Felicidades mi niño!
Y a Sergio, porque siempre está ahí y no hace falta que le pida nada: siempre sabe lo que necesito; porque ya es parte de mi "equipo técnico" y por ayudarme hace lo imposible, como poner los pies descalzos sobre un suelo de cemento mojado en calzoncillos y con un chubasquero.
Gracias a los dos.
A Pablito-Poo, por ser uno de mis mejores ayudantes e intentar buscar las mejores soluciones y cargar con el peso que nadie podría; y porque al día siguiente cumplió 18 añitos. ¡Felicidades mi niño!
Y a Sergio, porque siempre está ahí y no hace falta que le pida nada: siempre sabe lo que necesito; porque ya es parte de mi "equipo técnico" y por ayudarme hace lo imposible, como poner los pies descalzos sobre un suelo de cemento mojado en calzoncillos y con un chubasquero.
Gracias a los dos.
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